Muchos de los diseños de Dios para la vida han sido tan influenciados por la cultura religiosa que en muchos casos han perdido gran parte de su significado original. Como un ejemplo, siempre que pensamos en cuál es la mejor forma de servir a Dios, las ideas que vienen a nuestra mente están relacionadas a alguna función que se desempeña dentro de un templo o a alguna actividad religiosa.
Una idea popular es también que no todos han sido llamados a servir a tiempo completo. Cosas como la falta de tiempo, vocación o no tener algún talento en particular, son parte de los obstáculos que han limitan el servicio a más de alguna persona.
Lo que resulta interesante es que al leer la Biblia el concepto de servir a Dios es mucho más amplio de lo que tradicionalmente se nos ha enseñado.
Servir es trabajar
Para poder entender mejor el significado del servicio debemos buscar donde es la primera vez que se habla de este tema.
Tomó, pues, el SEÑOR Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo guardara. Génesis 2:15
La palabra que se traduce como cultivar proviene del hebreo avodah, que significa trabajar, laborar, adorar y servir en el templo. El principio es que tanto nuestro trabajo, como el servicio y ayuda a otros, y la adoración a Dios, forman parte de un todo que no puede ser separado y visto en forma individual. El trabajo no una actividad secular, sino es una parte integral de mi adoración y servicio a Dios y al resto del mundo.
Servir y adorar a Dios no es una actividad de domingo. Es integrar la fe, la vida y todas las acciones del día a día. Tu trabajo es tu servicio a Dios a tiempo completo.
Ustedes los siervos, obedezcan en todo a sus amos terrenales, no sólo cuando los ven, como si quisieran agradar a sus semejantes, sino con sinceridad de corazón, por temor a Dios. Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente. Colosenses 3:22-23
No servir a otros dioses
Ahora pues, teman al SEÑOR. Sírvanle con integridad y con fidelidad. Quiten de en medio los dioses a los cuales sirvieron sus padres al otro lado del Río y en Egipto, y sirvan al SEÑOR. Pero si les parece mal servir al SEÑOR, escojan hoy a quién sirvan: si a los dioses a los cuales servían sus padres cuando estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitan. Pero yo y mi casa serviremos al SEÑOR. Josué 24:15
Josué no era de la tribu de Leví, la cual era la única que tenía acceso al interior del Tabernáculo de Moisés. Razón por la cual, cuando menciona servir al Señor, no está pensando en el tipo de actividades que hoy vendrían a nuestra mente. Lo que Josué está diciendo es que parte de servir a Dios es quitar de en medio de nosotros a otros dioses.
Usualmente pensamos que servir a otros dioses tiene que ver con tener imágenes o realizar cierto tipo de rituales. Pero como ya vimos servir es realmente la forma en que una persona conduce toda su vida y también es la intención que hay detrás de todas sus acciones. Entonces, servir a otros dioses está relacionado con ser gobernados y dominados por los deseos más básicos y egoístas del ser humano.
Pablo lo pone de esta forma:
Así que hagan morir las cosas pecaminosas y terrenales que acechan dentro de ustedes. No tengan nada que ver con la inmoralidad sexual, la impureza, las bajas pasiones y los malos deseos. No sean avaros, pues la persona avara es idólatra porque adora las cosas de este mundo. Colosenses 3:5
En otras palabras servir a Dios es enfocarnos en alcanzar una vida que gire en torno a la compasión, bondad, humildad, gentileza, paciencia, perdón y amor. La intención detrás de cada una de estas acciones es reflejar la imagen y naturaleza del que nos creó. Es decir, vivir en una forma que restaure y multiplique el diseño de orden, armonía y balance que se le entrego a Adán en forma de un jardín a cultivar.
Servir a otros
Muchos quisieran ver a Jesús cara a cara en toda la gloria de la transfiguración y caer desmayados a causa de su esplendor. Pero no todos quieren ver la cara de Jesús cuando se nos presenta por medio de los necesitados. Servimos a Dios cuando hacemos un bien a las personas que nos rodean y a aquellos que están pasando por dificultades y necesidad. Cuando alguien nos pide ayuda, no solamente debemos orar por ellos, sino poner a su disposición nuestro tiempo y recursos. Esto es un área que Jesús toma muy en serio y a manera personal.
Entonces esas personas justas responderán: “Señor, ¿en qué momento te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos algo de beber, o te vimos como extranjero y te brindamos hospitalidad, o te vimos desnudo y te dimos ropa, o te vimos enfermo o en prisión, y te visitamos?” Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”. Mateo 25:37-40
Servir en todo
Servir a Dios en una iglesia o templo debe ser visto como parte integral de un todo. El problema es que tenemos a tantos enfocados únicamente en las actividades de su organización que en pocas ocasiones piensan en el necesitado, ven sus trabajos como parte de la adoración a Dios o se enfocan en llevar vidas que reflejen el carácter de Jesús.
¿Qué pasaría si el énfasis cambiara un poco y enfocáramos nuestro servicio a Dios en todo lo que ocurre fuera del templo?