Guárdense de hacer su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos. De lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre que está en los cielos. Cuando, pues, hagas obras de misericordia, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para ser honrados por los hombres. De cierto les digo que ellos ya tienen su recompensa. Pero cuando tú hagas obras de misericordia, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, de modo que tus obras de misericordia sean en secreto. Y tu Padre que ve en secreto te recompensará. Mateo 6:1-4
La ley de dar y recibir
Dios diseño toda su creación bajo la ley de dar y recibir. Estos son dos aspectos de una misma acción que siempre operan juntos y en forma simultánea; son como dos caras de una misma moneda. Cuando damos somos receptores de las recompensas de dar, y el que recibe es uno que da la oportunidad a otro de poder ser bendecido.
Esta ley es dinámica, es decir, para que permanezca operando hay que mantener ambos aspectos en movimiento y en balance. Hay que permanecer siendo dadores y hay que saber ser receptores.
Dar y recibir existe en toda relación y en todo lo que nos rodea. Lo vemos manifestarse como un ciclo, por ejemplo, los arboles dan semilla, la tierra las recibe; la tierra produce un árbol que luego da semillas. Cuando desequilibramos cualquiera de estos elementos obstaculizamos el movimiento del diseño divino, produciendo faltantes tanto en nuestra vida como en la de otros.
Dar es hacer justicia
Jesús explico que este principio funciona aunque las intenciones no sean las mejores. La diferencia está en que lo que se recibe es pasajero y sin trascendencia. Mucha gente de su tiempo daba para ser vistos, reconocidos y alabados por otros, por lo tanto, esa era su recompensa.
Lo que nosotros hoy entendemos por caridad, obras de misericordia o limosna, para Jesús y su mentalidad Judía era hacer justica. La palabra que en muchas ocasiones se traduce como hacer justicia es tzedakah, que significa justica, igualdad y rectitud.
En nuestra mentalidad contemporánea asociamos la idea de dar ofrenda, ayuda o caridad como el resultado de ser generosos, dadivosos, o ser personas de buen corazón. Para Jesús y su entendimiento de esta ley, dar es lo que se espera de cada uno de nosotros, es lo que se debe hacer y es nuestro deber delante de Dios.
El concepto de tzedakah va mucho más allá de donar un par de monedas al necesitado. Cuando damos a otros que están pasando por un momento de necesidad, no estamos dando por generosidad o por que nos queremos sentir mejor con nosotros mismos, sino que damos por que es el diseño del Padre, es mi parte activa en la ley de dar y recibir, es simplemente lo que se debe hacer.
Se entiende como justicia porque ayudamos a otro que está pasando por una dificultad a salir de ella, los ayudamos a que se nivele, a llegar a un balance. Lo llevamos a estar un poco mas en igualdad con el resto.
Las recompensas de dar
Si buscamos reconocimiento y cumplidos es posible que los obtengamos, pero debemos saber que es lo único que obtendremos. Cuando damos con el objetivo de ser reconocidos no estamos pensando realmente en hacer justica a los que están necesitados, sino en ganar ya sea estatus social, aceptación, o fama.
¿Debemos dar sin espera recibir? Cuando entendemos correctamente esta ley llegamos a la conclusión que es imposible dar y no recibir algo a cambio cada vez que lo hacemos. La pregunta es ¿de quién vendrá eso que voy a recibir, será algo pasajero o algo que provenga de Dios?
Si bien hay muchas más recompensar cuando damos, vamos a ver tres muy importantes.
1. Dar nos abre las puertas a mayores bendiciones
Había en Cesarea cierto hombre llamado Cornelio, que era centurión de la compañía llamada la Italiana. Era piadoso y temeroso de Dios, junto con toda su casa. Hacía muchas obras de misericordia para el pueblo y oraba a Dios constantemente. Como a las tres de la tarde, él vio claramente en visión a un ángel de Dios que entró hacia él y le dijo: Cornelio. Con los ojos puestos en el ángel y espantado, él dijo: ¿Qué hay, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus obras de misericordia han subido como recordatorio ante la presencia de Dios. Hechos 10:1-4
Las obras de misericordia acá se refiere a hacer justicia, en otras palabras, este era un hombre que daba dinero a los necesitados del pueblo. El apóstol Pedro fue enviado a este hombre para compartirle las buenas noticias de salvación, las cuales eran una bendición mucho mayor que lo material que él había dado. Dar nos pone en la posición correcta para recibir bendiciones tanto espirituales como materiales.
2. Dar trae la salvación y justicia de Dios sobre nuestra vida
Así ha dicho el SEÑOR: Guarden el derecho y practiquen la justicia; porque mi salvación está próxima a venir, y mi justicia pronta a ser revelada. Isaías 56:1
Aquí la palabra salvación debe ser entendida como ser librado por Dios. Dios nos libra de todo aquello que pueda representar una situación adversa y nos muestra su justicia así como nosotros la hemos mostrado a otros. Recuerdas que dijimos que la vida es un ciclo, es en este momento que nos encontramos del lado de recibir, que todo lo que dimos vuelve a nosotros. Dios usa a otros para traer justicia a nuestra vida de la misma forma que antes nos usó a nosotros para llevar justica a alguien más.
3. Me da la oportunidad de ser más como Dios
Cuando alguien pasa por dificultades, sabemos que Dios tiene la capacidad para proveerle todo lo que necesita. Lo que olvidamos es que el medio que utiliza para hacerlo somos nosotros mismos. De esta forma, una necesidad es una oportunidad que Dios me da para suplir las necesidades de alguien más, es una ocasión para realizar una acción divina. Llevarla a cabo me lleva a ser más parecido a Él, soy transformado en ese proceso como resultado.
Dar no es algo que se requiere solo a los que tienen en abundancia, sino que es un principio que aplica para todos. Aun para los que están viviendo de la ayuda de otros, deben dar también de lo que
reciben para que la ley se mantenga operando.
A quienes debo dar
A veces pensamos que dar solo tiene que ver con cosas relacionadas a lo material y olvidamos que la ley opera en todo momento y con elementos que van más allá de lo físico. Dar amor, aprecio, amistad, atención, o tiempo, es mucho más importante ya que transciende lo terrenal. Obviamente muchas de estas cosas pueden demostrarse por medio de cosas materiales pero cuando damos lo material sin acompañarlo de ellas, simplemente no tienen el mismo efecto sobre quien las recibe.
Debemos dar a todos, pero nuestra familia debería tener prioridad sobre el resto de personas. Siempre que entremos en contacto con alguien pongamos en practica este principio para que activemos el ciclo de dar y recibir en nuestra vida.
Cuéntanos si has visto esta ley operando en tu vida!